La consecuencia de realizar una residencia en La Ceiba Grafica, Veracruz en el mes de
Abril pasado provoca la misma sensación de estar entre una gran neblina,
flotando, nadando, sin más miradas que la propia arquitectura llena de ecos,
con distancias borrosas y personajes en forma de fantasmas. Si acto de
estar vislumbrado es dado por un exceso
de luminosidad, aquí desean un poco de silencio, de penumbra, de ramas que te
acojan, de hamacas que te duerman. Con ganas de estar bajo las ramas. También
así llamado el pueblo donde se localiza: La orduña “el bosque de la neblina” y
no existe tal duda ante inmensa
presencia que se localiza a la entrada de esta vieja Ex haciendo: La Ceiba. Su
nombre deriva literalmente como un gran homenaje a este gran tronco de historias
y viejas hojas verdes. El viejo árbol.
Tanto en el Códice Boturini
como el Telleriano Remensis muestran estos terribles, gigantescos y brutales arboles
asesinos, variedad de arboles cuyas ramas atrapaban y asfixiaban a cualquier ser
vivo que se le acercara (Fabila, 2007, p. 31). Así quede pasmado, atrapado y sorprendido por
esta presencia, que aunque más que ser el Exlibris del centro grafico, se convierte en el eje de llegada,
de introducción y de Desencuentro a la ex hacienda.
Para imaginar mas el gran
temor por parte de los pobladores de este sitio en la época de grandes
aberraciones prehispánicas ninguno de
aquellos arboles proyectaba sombra y las plantas no crecían a su alrededor. Una
especie de árbol con ramas oscuras, largas y flexibles que se agitaban como
tentáculos de pulpo (Fabila, 2007, p. 31) para este escenario lleno de pasto, sombra, lentitud y punto de
referencia del sitio, “Raíz de
Desencuentro” se presenta como un
injerto, en forma de implante, que emergen nuevamente en un espacio cerrado y
estrecho, reimplante de lo natural, lo
es llevado hacia dentro, oculto y ramificado.
A partir de esta relación
poética nos desplazamos hacia el campo del arte del Desencuentro donde podemos
analizar dos estrategias de llevar a cabo un encuentro sin deseo de serlo: a
través de las estrategias fágicas y
émicas. Ambas formas no se encuentran separadas en el campo social, ya que de
manera paralela interactúan simultáneamente una con otra. La estrategia fágica es inclusivista; y la émica es exclusivista (Bauman,
2005, p. 186) desde un aspecto visual la primera es cerrada, la segunda es
abierta, lo fágico absorbe, retiene, devora, almacena, semejante al árbol asesino el cual al tener cerca a su víctima, humana o animal, con los brazos la atrapa y le absorbe la
sangre. Por ello no requería de agua para sobrevivir (Fabila, 2007, p.
31). El espacio de lo fágico se
determina desde el aspecto de la
asimilación, de la apropiación, también
pensemos esta estrategia desde el punto de lo que es presentado y puesto en
escena y posteriormente devorado. Acto
de lo que es llevado a lo interno, a lo establecido y acordado. En este sentido
la acción de Desencuentro es llevada al
termino de te apegas o te condenas. El
emigrante pierde el estatus de foráneo, pasadizo, desplazado y es acomodado
como un nuevo vecino. Desde un sentido
Baumaniano el emigrante antes marginado pasa a
ser un poblador establecido. Pero limitado, cercado y con aspecto de ser
un hombre el cual el gran árbol asesino le ha absorbido la sangre. Este nuevo
vecino deja de ser un extraño, entonces ya no forma parte de lo irremovible ni
ubicuo donde los extraños son producto del mismo espacio social que
busca asimilar y domesticar el mundo en
que vivimos (Bauman, 2005, p. 182). Así
mismo tanto la estrategia fágica y émica son reciprocas, los establecidos y los
marginados dentro de su lucha de defender, limitar y fronterizar su
configuración social, ambos están atados por los servicios del arte del
desencuentro, ya que ambos están en su búsqueda de identidad.
Así, “Raíz de Desencuentro” alude en primera instancia a la continuidad de su propio devorador, es el despojo interno
que asoma un fragmento de su totalidad.
Cuatro estructuras compuestas con fragmentos de huacal se convierten en el puente que intenta conectar aquello que
está dentro de, lo que permite emerge y
subir a tierra y lo que está excluido y fuera de. Se encuentra en un desnivel
de la Ceiba, en un espacio húmedo, abandonado, donde la luz es escasa y la
única entrada y salida es estrecha, así
“Raíz de Desencuentro” ocupa la totalidad del sitio. ¿Cuál es el
motivo/principio u origen de este puente entre lo que es devorado y vomitado?
Desde el ámbito laboral el emigrante se
encuentra dentro de lo despojado en su propio saco, desplazado en su propio
territorio para luego ser instaurado por
un sistema social frágil como establecido. El puente que recorre este hombre no es de cemento ni
de tierra, es su meta del puente: un estatuto socioeconómico. Mientras desde el campo de arte este puente
se transforma en varios caminos y a su vez en distintas veredas que podrían
acortar su recorrido, la base se configura de conceptos, imágenes, teorías y
cosas. O simplemente de huacales. Objetos de madera que representan
un reflejo antropológico con su
entorno y ecosistema.
“Raíz de desencuentro” sale
de la pared, emerge de la tierra, se
incrusta sobre el techo, se retuerce y se vuelve a cerrar sobre su propio peso:
ramificaciones de la Ceiba. Tienen líneas en forma de gusanos, crustáceos e
incluso esqueletos. Huecos por dentro y huecos por fuera. Desde un punto visual
se concibe como natural, ya con el paso
del tiempo, gracias a la lluvia, la humedad, las ratas que se encuentran ahí y
el sol, la madera desaparecerá, su aspecto pútrido y reído quedara en su propio
sitio de origen. Sera devorado nuevamente. Este aspecto efímero se reafirma
nuevamente en analogías y análisis a los
desencuentros dentro de la urbe donde para poder ser un establecido realiza
relaciones superficiales, someras, triviales y aparentes. En pocas palabras
inexistentes.
" Desautomatización floral "
Instalación
Madera de huacal
medidas variables
2014
¿Existe alguna ruptura entre
lo establecido y lo margino en este gran escenario de socialización?
La adaptación y lo
amenazante entre estos dos campos son
importantes a considerar. Si hemos manifestado que las estrategias del arte del
desencuentro, o sea; lo fágico es
reciproco de lo émico entonces es necesario resolver esta idea para
poder pensar entre estos dos campos. Lo émico-establecido busca expulsar, lo fágico-marginado
pretende devorar. Dentro de la
antropofagia las sociedades primitivas
se comen, devoran, y digieren… ( Lévi-Strauss, 1976, p. 38). Las
estrategias fágicas y émicas se asimilan
e incorporan, una devora el vomito de la otra, así formando una cadena
sin fin. Una se convierte en el
huésped y otro en el parasito. Así los establecidos arrojan a los marginados
a las periferias, fuera del peligro, fuera
de los límites de la sociedad, ya sea en exilio o en enclaves vigilados donde
se los pueda encerrar sin escapar (Bauman, 2005, p. 185) donde se les pueda
seguir desechando.
¿Qué espacios propondría el
resultado de convivencias entre fágicos y émicos?
Más que emigrantes-inmigrantes,
foráneos-vecinos, establecidos-marginados
el resultado entre estos polos es
llevado a replantear un nuevo soporte como espacio físico y social. Este soporte representaría un nuevo campo de
juego, acuerdo y negociación. Si lo chingado es pasivo, inerte y abierto, por
oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado (Bartra, 2007,
p. 169) los dos se encuentran en la misma escena, se recurren y están presentes
temporal y espacialmente. Desde este punto los dos polos sufren una misma raíz:
la búsqueda de desautomatización
personal. Esto interpretado como la falta de confiabilidad, de seguridad
y de identidad.
En el
nuevo patio de recreo y de juegos, “Desautomatización floral” se
expone bajo el brazo de quien lo ha
arrojado y emancipado, de manera modular se explaya en el diámetro de quien le aporta luz y sombra, diferencia de
tamaño y de ocupación en sentido de territorio. Las formas circulares están descentralizadas,
siendo una característica autónoma una de otra. Visualmente unidas por su distribución y relación matérica.
Los
arboles asesinos …luego de la brutal conquista española sin el cuidado y
protección de los sacerdotes empezaron a languidecer y al final, al carecer de
victimas , se extinguieron sin dejar ninguna huella de su madera y menos de su
terrible forma de alimentarse (Fabila, 2007, p.32). La eliminación de aquello que devora es
exhortado a vaciar lo contenido, lo comido…volver a crear en la interacción y
relación personal. Humana. De hombro a hombro y de calle a calle.
En tanto la
desautomatización y desencuentro parte de dos componentes fundamentales: madera
de huacal y el árbol de la Ceiba. Desde esta idea se trata de crear este puente
entre lo natural y lo propio o vomitado de lo natural: el huacal.
Para al fin llegar a equilibrar: idea-procesamiento-materia-forma (Chris Drury)